Y ellos vivieron... Y ellos vivieron...

Rosette Cohen Eichen

  • Resumen
  • Historia Completa

Este es el testimonio en primera persona de una sobreviviente , narrado para Museo de los Justos.

Rosette nos cuenta su historia ….

Nací en París ( Francia) hace 86 años ,en 1936, actualmente vivo en Israel.

Mis padres nacieron en Turquía , se conocieron en Francia y se casaron allí.

En Turquía se hablaba francés, así que no tuvieron problema con el idioma y eso los ayudó a adaptarse al lugar.

La población judía también hablaba ladino ya que era de orígen sefaradí.

Después del nacimiento de mi hermana menor,en 1939, mis padres pidieron la ciudadanía francesa.

Vivíamos en el distrito 11 de París , muchos judios vivían en ese barrio.

Nuestro edificio era muy grande. Tenía seis pisos, un patio central y los departamentos lo rodeaban.

En Agosto de 1941 ,muy temprano a la mañana , golpearon a nuestra puerta. Eran soldados franceses, tenían una lista con nombres de personas y el nombre de nuestro padre figuraba en ella.

Este es el testimonio en primera persona de una sobreviviente , narrado para Museo de los Justos.

Rosette nos cuenta su historia ….

Nací en París ( Francia) hace 86 años ,en 1936, actualmente vivo en Israel.

Mis padres nacieron en Turquía , se conocieron en Francia y se casaron allí.

En Turquía se hablaba francés, así que no tuvieron problema con el idioma y eso los ayudó a adaptarse al lugar.

La población judía también hablaba ladino ya que era de orígen sefaradí.

Después del nacimiento de mi hermana menor,en 1939, mis padres pidieron la ciudadanía francesa.

Vivíamos en el distrito 11 de París , muchos judios vivían en ese barrio.

Nuestro edificio era muy grande. Tenía seis pisos, un patio central y los departamentos lo rodeaban.

En Agosto de 1941 ,muy temprano a la mañana , golpearon a nuestra puerta. Eran soldados franceses, tenían una lista con nombres de personas y el nombre

de nuestro padre figuraba en ella.

Lo hicieron bajar al patio central.

El patio se llenó de gente.

Una vecina saltó por su ventana y murió, seguramente sabía lo que iba a pasar ……….

Afuera los esperaba un micro y alrededor del micro gente con rostros sonrientes,maldiciendolos solo por ser judios.

Los llevaron al campo de concentración de Drancy donde la gente moría de hambre y frío.

Yo tenía 6 años y recuerdo ese día como si fuera hoy….

A fines de febrero mi padre volvió caminando de Darcy hasta nuestra casa en París.

Era un día muy frío, mi papá se veía muy pálido y extremadamente delgado .Nos contó que lo

dejaron ir porque el médico que hacía la revisación le dió pocos días de vida .

Mi madre salió a buscar a un doctor de la zona y con inyecciones y cuidados mi papá logró sobrevivir.

En el campo de Drancy , mi padre se dio cuenta de la realidad y de la necesidad imperiosa de escapar,

pero por sobre todo, que tenían que salvarnos a nosotras .

Gracias a los contactos de mis padres ,pudieron comunicarse con el Padre Theomir Devaux (nombrado Justo de las Naciones en 1996).

Él era el superior del Monasterio de los Padres de Notre Dame de Sion, templo que estaba situado en el distrito 6 de París.

Allí nos llevaron a mi hermana y a mí .Bambi tenía 3 años y yo 6.

Nos alojaron en la iglesia , esta estaba llena de niños judíos y al igual que ellos, dormimos en el piso.

Recuerdo vívidamente que tenía mucho miedo .

Justo esa noche estalló una bomba y a través de los vitrales de la iglesia se podía ver el fuego.

Durante muchos años dudé de esta vivencia, aunque estaba segura de que así fue porque tengo muy buena memoria.

…Pero los alemanes nunca bombardearon París…

¿Lo habré soñado?...

Con el tiempo y gracias a Internet ,supe que fueron los ingleses bombardeando la fábrica de vehículos Renault, el 03 de marzo de 1942,

y que las llamas se vieron en todo París.

...Aún puedo verme parada gritando de miedo…

Al día siguiente nos llevaron a un convento cerca de París, en ese lugar pasamos varios meses.

Estábamos muy tristes y consternadas.

Nos entregaron un libro de oraciones y aprendí todas las plegarias de memoria.

Todas las noches debía arrodillarme y recitar una.

Un día nos llevaron a una estación de tren y me dijeron “A partir de hoy te llamas Rosette Collin, tu apellido ya no es más Cohen”.

Yo era pequeña, pero entendí que estábamos en grave peligro.

Mi mamá apareció en la estación de tren, me abrazó y me dijo”Cuida de tu hermana siempre”

Fue en ese momento que mi niñez llegó a su fin.

Desde el instante en que nos separamos de nuestros padres ,mi hermana dejó de comunicarse con los demás,

sólo lo hacía conmigo.

Viajamos de noche y llegamos a una aldea pequeña a 350 km de París, La Sarthe.

Estábamos a fines de 1942.

Nos hicieron bajar del tren y nos refugiaron en una casa pequeña.

Éramos muchos niños y el espacio poco, nos hicieron dormir compartiendo camas, literalmente

apiñados.

Al amanecer nos llevaron a todos al granero y grupos de campesinos llegaron para refugiarnos en sus casas.

Es que el párroco del pueblo había anunciado a sus feligreses que niños en peligro por la guerra,

habían llegado y los habían reunido en la aldea de Espérance mientras encontraban familias de acogida.

Una mujer muy mayor comenzó a tironear de la mano de mi hermanita para llevarla con ella,

pero yo le habìa prometido a mi mamà que la iba a cuidar, tironèe con todas mis fuerzas

mientras lloraba angustiada y logrè que no se la llevara.

Al verme así,se me acercó un hombre joven y me dijo : No llores pequeña, yo las llevo a las dos,

tengo una hija de tu edad, van a estar bien con nosotros.

Nos acomodò en una carreta tirada por un caballo y nos tapò porque hacía frío y llovìa.

Era muy humilde,la casa no tenía electricidad y el agua se sacaba de un pozo que estaba ubicado en medio del patio.

Su esposa, Marguerite , nos recibió con mucho amor .

Nos descalzó y calentò nuestros pies helados al lado del fuego.

Entonces me dí cuenta de cuànta suerte habìamos tenido.

Eran una pareja joven, tenían 20 años, una hija de 6 años y eran muy afectuosos.

A mi hermana y a mí nos dieron una cama para compartir en la misma habitaciòn que su hija.

No íbamos a la escuela, estábamos muy lejos de la aldea.

Ellos no sabían que èramos judìas, creían que èramos niñas de Parìs cuyos padres mandaban al campo para criarlas

y mantenerlas a salvo de la guerra.

Emile, así se llamaba,era lechero,y recorría la aldea de casa en casa ,recogiendo leche que después llevaba a la fábrica de quesos.

Era una persona muy buena y alegre, tocaba el acordeón y por eso lo invitaban a hacerlo en cada casamiento del pueblo.

También era buen cazador y Marguerite muy buena cocinera ,es así que a pesar de la pobreza y

que los alemanes se llevaban toda la comida, siempre teníamos què comer.

Nosotras sacábamos agua del pozo o alimentábamos a las gallinas, crecimos como sus propias hijas.

Con el tiempo me enteré que en otras casa traían a los niños para que ayuden en el trabajo,

pero ese no fue nuestro caso, nos trataban como princesas.

Mientras tanto, mi mamá consiguió en nuestro edificio de París, una habitaciòn en el sexto piso,

donde pudo vivir y refugiar a mi papà ,quien no salió de allì hasta el fin de la guerra.

Como yo sabía leer y escribir, le mandaba cartas a mi mamá para que no se angustie y sepa que estábamos bien,

pero Emile y Marguerite decidieron que sería mucho mejor sacarnos una foto todos juntos, así mi mamá veía cómo estábamos.

Nos pusimos la ropa que ella nos mandó de París y nos retratamos.

Para eso viajamos a Le Mans.

Ellos, sin dinero y con una escasa cultura, tuvieron la deferencia de ocuparse de que mi mamá nos viera bien.

Sacaron dos copias y una la colgaron en la pared de la vivienda.

Un día de 1944, los soldados alemanes irrumpieron en la casa de los Lecas .

Le preguntaron a Marguerite si todas las niñas eran suyas.

Ella respondió afirmativamente ,señalando el cuadro de la pared.

Por todo eso, cuando nuestros salvadores recibieron la mención de Justos de las Naciones,

yo llevé esa foto, que fue pasando de mano en mano.

Así fueron pasando los años de la guerra.

París fue liberada el 25 de agosto de 1944, pero no toda Francia lo fue al mismo tiempo.

Recién en 1945, cuando la guerra finalizó, mis padres pudieron venir a buscarnos.

Cuando llegaron, los reconocí de inmediato y fuí corriendo a abrazarlos.

Bambi , en cambio,no sabía quienes eran.

Nos separamos de la familia Lecas con mucho dolor , mi hermana lloraba y no quería dejarlos.

Regresamos a París, nos alojamos en centros de refugiados

Deambulamos de un lado a otro sin saber a donde ir ni qué hacer , esa era la situación de la mayoría.

La escasez de alimentos era grande, pero la familia Lecas no nos olvidó y se ocupó de encontrar

gente que nos traiga comida hasta Parísa  , para que no nos falte.

Volví a la escuela, ya tenía 9 años, esta estaba atestada de niños.

Como consecuencia de la guerra había muchas enfermedades, día por medio venían a revisarnos

y en una de esas revisiones descubrieron que yo tenía un principio de tuberculosis.

Los médicos decidieron que debía ir a pasar un año a un sanatorio especial situado a orillas del océano Atlántico,

en la frontera con España , para poder recuperarme..

Mi mamá estaba destrozada, recién volvíamos a encontrarnos y ya debíamos separarnos nuevamente.

Pero no había opción, mi salud estaba primero, así que decidieron enviarme junto a mi hermanita ,para que no estuviera sola.

En ese interín la comunicación entre mis padres y la familia Lecas se fue perdiendo,

supongo que resultaba muy doloroso para ellos sostener ese vínculo.

A mis padres les recordaba el sufrimiento atravesado y a los Lecas les remarcaba nuestra ausencia.

Fuí creciendo y a los 19 años decidí irme a vivir a Israel.

Despedirme de mis papás no fue fácil.

Me fui a vivir a un kibutz, me enamoré y me casé.

Tengo dos hijos varones y nietos.

Bambi también vino.

En 1961, en Israel, se juzgó al criminal nazi Adolf Eichman .

Ahí tomé real conciencia de todo lo que la familia Lecas había hecho por nosotras, de todo lo que habia pasado

y tuve la necesidad de buscar a las personas que con tanto amor, desfiando todo, decidieron cuidarnos y protejernos.

No fue fácil la búsqueda, no sabía si vivían ,o quizás se mudaron de pueblo.

Un error de escritura en el nombre del pueblo impidió el encuentro,

hasta que después de algunos años , en los registros se dieron cuenta .

Ellos Marguerite y Emil Lecas seguían estando en el mismo pueblo.

¡Que alegría el encontrarlos!

¡Tardé años pero lo logré!

Llevé a toda la familia a conocer París,y los traje a Israel a su ceremonia de nombramiento de

Justos entre Las Naciones.

Hoy Margarite y Emil murieron pero sigo en contacto con su hija Teresa ,que es como una hermana para mi, hablamos a diario.

 EL 11 de enero de 1998, Yad Vashem – Instituto Internacional para la Memoria de la Shoá, otorgó a Émile y Marguerite Lecas el título de Justos de las Naciones.