Justo - Letonia

Janis Lipke

(1900 - 1987)

  • Resumen
  • Historia Completa

Janis Lipke (1903-1990)

Janis Lipke era estibador en los muelles de Riga.

Con la ocupación nazi a Letonia ,aprendió alemán y gracias a ello consiguió un puesto en un almacén de la Luftwaffe (la fuerza aérea germana).

Cargaba y descargaba las mercancías y las llevaba a un almacén de las fuerzas alemanas, ganándose así la confianza de ellos.

Como los almacenes necesitaban mucha mano de obra, Lipke se las arregló para conseguir que unos treinta judíos del gueto de Riga vinieran cada día a trabajar.

Iban a buscarlos todos los días para escoltarlos hasta el almacén y, tras la jornada de trabajo, los devolvían de regreso al gueto.

Siempre aprovechaban estos viajes para introducir medicinas, ropas y artículos de primera necesidad, que eran recibidos por los judíos como auténtico maná. 

El gueto se instaló el 25 de octubre de 1941, y se conoció como el gran gueto.

Joahana Lipke (1903-1990)

Janis Lipke era estibador en los muelles de Riga.

Con la ocupación nazi a Letonia   aprendió alemán y gracias a ello consiguió un puesto en un almacén de la Luftwaffe (la fuerza aérea germana).

Cargaba y descargaba las mercancías y las llevaba a un almacén de las fuerzas alemanas, ganándose así la confianza de ellos.

Como los almacenes necesitaban mucha mano de obra, Lipke se las arregló para conseguir que unos treinta judíos del gueto de Riga vinieran cada día a trabajar.

Iban a buscarlos todos los días para escoltarlos hasta el almacén y, tras la jornada de trabajo, los devolvían de regreso al gueto.

Siempre aprovechaban estos viajes para introducir medicinas, ropas y artículos de primera necesidad, que eran recibidos por los judíos como auténtico maná. 

El gueto se instaló el 25 de octubre de 1941, y se conoció como el gran gueto.

-Su hijo, que por entonces tenía ocho años, recuerda a su padre parado frente a la alambrada, con los ojos llenos de lágrimas diciéndole:” Observa hijo y nunca te olvides”. –

Entre el 30 de noviembre y el 8 de diciembre de 1941 se produjo lo que se conoció como la “masacre de Rumbula”, donde 25000 judíos fueron sacados del gueto y asesinados en masa en los bosques de Rumbula, cerca de Riga.

Los pocos que quedaron fueron reasignados a lo que se conoció como el “pequeño gueto”.

Lipke presenció esa matanza donde muchos de los hombres con quienes trabajaba fueron asesinados y decidió diseñar un plan para ayudar a escapar a cuantos judíos pudiera.

El método que decidió usar para las fugas era muy simple.

Como seguían trayendo un número de judíos a trabajar en el almacén, cada día escondía a dos o tres, sustituyéndolos por trabajadores letones que, con enorme riesgo, de sus vidas se avenían a pegar en sus chaquetas la estrella de David que los catalogaba como miembros del gueto.

Los guardias alemanes sólo contaban el número de prisioneros, sin molestarse en averiguar sus nombres, con lo que el cambio resultaba relativamente fácil.

Tras el cambio de guardia, los letones podían salir del gueto con sus documentos y la excusa de que habían estado realizando cualquier trabajo o reclutando nueva mano de obra.

Muchos de sus amigos decidieron ayudarlo para esconder a los judíos en granjas, transportarlos en camiones, etc.

Pronto fueron tantos los fugados que se vieron desbordados y Lipke tuvo que involucrar a más gente para que aceptaran judíos en sus granjas al otro lado del río, donde los nazis rara vez aparecían.

Pero aún así el lugar no era suficiente.

Decidieron entonces, excavar un bunker en la casa de Lipke, que tenía bastante terreno y un viejo granero de madera.

Los propios fugados se encargaron de cavar en el suelo del granero un enorme agujero de seis metros de profundidad y otros seis de lado.

El búnker tenía dos plantas y una serie de literas de madera, así como un respiradero camuflado para la renovación del aire.

La entrada quedaba oculta bajo una pila de leña.

Para asegurar la huida en caso de que la Gestapo descubriera el escondite, habían ideado un túnel de fuga, que les llevaría lejos de la vivienda.

Durante los trabajos, Lipke había establecido una vigilancia permanente: su propio hijo de siete años, que siempre estaba jugando por los alrededores, había sido aleccionado para que, en cuanto apareciera la policía, diera el alerta.

El 13 de octubre de 1944 Riga fue liberada, de los 100 judíos que sobrevivieron, 500 fue gracias a la ayuda de Janis y Johana Lipke.

Janis se retiró en 1955 y la comunidad judía letona se encargó de recaudar dinero entre sus miembros para que él y su mujer recibieran una pensión mensual y no les faltara de nada. 

El 28 de junio de 1966, Yad Vashem reconoció a Jan Lipke y su esposa, Johana, como Justos de las Naciones.

Janis y Johanna Lipke fueron invitados por el Estado de Israel a recibir la distinción y fueron recibidos por las máximas autoridades.