Joaquim Carreira nació en un pueblo cerca de Fátima, Portugal.
Fue criado en una familia muy católica y el 19 de septiembre de 1931 fue ordenado sacerdote en Roma, regresando ese mismo año a Portugal.
También se formó como piloto y era conocido como el “Padre aviador”.
Entre 1931 y 1940 trabajó en el seminario de Leiria y fue nombrado capellán en Boa Vista.
En mayo de 1940 fue enviado de regreso a Roma y se convirtió en Rector del Pontificio Collegio Portoghese, que acogía a sacerdotes portugueses que estudiaban en las universidades italianas.
Allí, durante la guerra, arriesgó su propia vida acogiendo a refugiados, entre ellos, judíos.
Escribió en su diario :
"Di refugio y techo a las personas perseguidas en base a leyes inhumanas".
Algunos de ellos fueron tres miembros de la familia Citone (Ellio, su padre Roberto y su tío Isacco).
Elio Cittone dijo:
«Siempre estaré agradecido con el Padre Aviador, que me salvó la vida».
Salía en auto pidiendo maíz y alimento para sus refugiados: “¡Si no conociera a tantos molineros en Roma, mis invitados habrían tenido mucha hambre! Fue la Providencia y la Madre de Fátima quienes me acompañaron. Era necesario y urgente hacer el bien sin mirar a quien. “dijo sonriendo años después.
Despedido de las tareas del colegio, trabajó como Consultor Eclesiástico de la Embajada de Portugal.
Falleció en Roma a los 73 años, el 7 de diciembre de 1981, en un ambiente de sencillez y pobreza franciscana, tal como fue su vida.
Fue enterrado en el cementerio de Roma, pero en 2001, sus restos fueron trasladados al cementerio de Soutos-Caranguejeira, su tierra natal.
El 4 de septiembre de 2014, Yad Vashem reconoció al Padre Joaquim Carreira como Justo de las Naciones.