Sebastián de Romero Radigales

Sebastián Romero Radigales nació en Graus (Huesca) el 20 de enero de 1884.

Provenía de una familia burguesa, con vocación política.

Estudió Leyes y optó por la carrera diplomática.

Fue destinado a distintos consulados: Nueva York, Tánger, Santiago de Cuba, Belgrado, hasta que, en 1924, lo nombran cónsul en Bulgaria. 

Tres años después, el 23 de febrero de 1927, fue acreditado cónsul de España en Galati, Modalvia (Rumanía).

En Galati conoció a la que luego sería su esposa Elena Cutavá Anino. 

En 1929 fue nombrado cónsul en San Francisco y en 1934 pasó a ser cónsul en Chicago.

Pero en vacaciones, pasaba temporadas en la capital griega, donde había destacado como conferenciante entre 1932-1933 en la Liga Hispano-Helénica.

En Grecia su labor como diplomático se desarrolló en distintos periodos y comenzó en 1937.

Pero en abril de 1943 llegó a Atenas como Cónsul general y nuevo jefe de la legación diplomática española, sustituyendo al anterior cónsul Eduardo Gasset.

Aquí el cónsul Radigales, se tuvo que enfrentar con el problema de la repatriación a España de los sefardíes españoles de Salónica.

El General Primo de Rivera, en 1924, emitió un decreto otorgando la nacionalidad española a los judíos sefardíes descendientes de españoles (Sefarad, España 1492),

siempre que la hubieran solicitado antes del 31 de diciembre de 1930. 

Pero mientras los italianos aceptaron el contingente ítalo-griego, las autoridades españolas se negaban a recibir a los habitantes de la Sefarad griega .

Así era conocida Salónica entre los judíos  que todavía hablaban castellano antiguo y poseían la nacionalidad española tras haber cumplido los trámites.

Las autoridades franquistas no respondían a sus preocupaciones y a los alemanes les molestaba la actitud del cónsul que posponía la deportación de centenares de judíos hacia los

campos de concentración.

Pero ni unos ni otros consiguieron que Sebastián Romero Radigales cejara en su empeño, a pesar de que ponía en riesgo su carrera diplomática.

Las tropas nazis detuvieron a más de 500 sefardíes, y ordenaron su traslado a Auschwitz.

Sin pérdida de tiempo, Romero Radigales puso en marcha todos los recursos disponibles para liberarlos.

En un primer momento, logró que los alemanes dejasen en libertad a 150 de ellos.

Ya se encontraban subidos en el tren que les conducía al campo de la muerte, pero consiguió su evacuación a la Palestina Británica.

Los 367 sefardíes restantes terminaron en Auschwitz, pero logró, usando sus contactos diplomáticos, su traslado al campo de Bergen-Belsen.

Este eraun campo para ciudadanos de países neutrales con condiciones de vida menos duras y sin obligación de realizar trabajos forzados.

Allí llegaron el 13 de agosto 637 judíos hispano-griegos.

Tras numerosas gestiones, en febrero de 1944, consiguió que, prácticamente la totalidad del grupo viajara a la frontera franco- española.

Allí fueron recibidos por el ejército español. 

Los trasladaron en dos trenes, que se conocieron con el nombre de “trenes de la libertad”, con visados en tránsito hacia el Marruecos español y América.

Los documentos de viaje estaban firmados por el propio Romero.

Romero Radigales llegó a comprar una propiedad en Atenas a cargo de la legación, donde mantuvo durante meses a un centenar de sefarditas ,con inmunidad bajo bandera española. 

Además, custodió propiedades y pertenencias de la comunidad judía para que les fueran devueltas al término de la guerra y de ello se ocupó. 

Terminada la Segunda Guerra Mundial, Romero Radigales siguió en Atenas al servicio del gobierno español donde finalizó su carrera diplomática.

Falleció en Madrid en 1970. 

El agradecimiento de los salvados fue incondicional.

El 26 de febrero de 2014 Yad Vashem reconoció a Sebastián de Romero Radigales como Justo de las Naciones.

El premio fue recibido por su nieta Elena Coletto Castelli.