Justo - España

Concepción Faya Blásquez

(1905 - 1979)

  • Resumen
  • Historia Completa

Concepción Faya nació en Murcia en 1905.

Creció en medio de una familia numerosa, de la cual ella era la mayor, por lo que sus estudios fueron básicos, ya que enseguida se tuvo que poner a cuidar de sus hermanos y hermanas.

Su infancia, adolescencia y juventud transcurrieron en tiempos difíciles.

Concepción, como su madre, se ganaba la vida tejiendo.

A los 20 años se trasladó de Murcia a Barcelona, a buscar trabajo en las industrias textiles que se desarrollaban en la ciudad.

Fue aquí donde comenzó su militancia partidaria y feminista.

En 1926 se instaló en Pamiers, Ariége (Francia), en la frontera franco-española., trabajando en una fábrica de ropa en la ciudad.

Se casó con un español y tuvieron cuatro hijos.

Cuando estalló la Guerra Civil en España, toda su familia regresó a su tierra natal y su esposo se unió al Ejército Republicano, falleciendo en la contienda.

Concepción Faya nació en Murcia en 1905.

Creció en medio de una familia numerosa, de la cual ella era la mayor, por lo que sus estudios fueron básicos, ya que enseguida se tuvo que poner a cuidar de sus hermanos y hermanas.

Su infancia, adolescencia y juventud transcurrieron en tiempos difíciles.

Concepción, como su madre, se ganaba la vida tejiendo.

A los 20 años se trasladó de Murcia a Barcelona, a buscar trabajo en las industrias textiles que se desarrollaban en la ciudad.

Fue aquí donde comenzó su militancia partidaria y feminista.

En 1926 se instaló en Pamiers, Ariége (Francia), en la frontera franco-española., trabajando en una fábrica de ropa en la ciudad.

Se casó con un español y tuvieron cuatro hijos.

Cuando estalló la Guerra Civil en España, toda su familia regresó a su tierra natal y su esposo se unió al Ejército Republicano, falleciendo en la contienda.

Con la caída de la Segunda República Española y la instauración del régimen de Francisco Franco, en 1939, Concepción pasó a ser una de las integrantes del éxodo español en el exilio y regresó con sus hijos a Pamiers, Francia. 

Pero entonces, fue confinada a Riversaltes, campo de refugiados que había establecido el gobierno francés para la población exiliada española.

Permaneció allí hasta noviembre de 1942, cuando fue transferida al campo de Gurs. 

Allí conoció a una familia judía que también estaba internada allí.

Eran Elise Behar Mizrahi y sus dos hijos, Jaques y Giséle.

El esposo de Elise había sido arrestado por la policía francesa en su casa, en París, en julio de 1942, y fue enviado al este, de donde no regresó.

Después del arresto de su marido Elise intentó huir con sus hijos, pero fueron atrapados y confinados en Gurs.

Ella y Concepción se hicieron muy amigas.

Concepción fue liberada en mayo de 1943 y Elise con sus hijos poco después.

Pero Alemania había invadido el sur de Francia y se había instalado allí el gobierno de Vichy, por lo que la persecución de los judíos era inminente.

Entonces Elise decidió escribirle a su amiga pidiéndole ayuda.

Concepción los recibió de inmediato en su casa, un modesto departamento de dos habitaciones.

Había podido encontrar trabajo como tejedora y rentar una vivienda.

Un tiempo después, Elise le solicitó que acogiera a sus dos sobrinos de París, Maurice y Régine Moreno.

Concepción no sólo aceptó, sino que viajó a París para traerlos de forma segura.

En marzo de 1944 Elise dio a luz a su tercer hijo, Michel.

Pasaron a ser 11 personas viviendo en la pequeña morada, seis de ellas con identidades falsas.

Los Mizrahi como Mizaillier y los Moreno como Moreau.

Concepción presentó a los niños Mizrahi en el vecindario como sus sobrinos Parisinos.

Las mujeres trabajaban en una fábrica de medias mientras que Angéle, la mayor de la familia Faya, cuidaba a los niños.

Todos asistían los domingos a misa para evitar sospechas.

A pesar del gran peligro que ella y sus hijos corrían, Concepción les dio cobijo a todos hasta el final de la guerra y la liberación de París en 1945.

Tiempo después decidió emigrar a México, donde había ido también mucha población exiliada española. 

En ese país transcurrió el final de su vida, viendo crecer a sus nietas y bisnietas. 

Maurice y Régine testificaron: «Concepción era una mujer tranquila, maravillosa y valiente, a quien debemos nuestras vidas».

El 25 de mayo de 2011, Yad Vashem reconoció a Concepción Faya Blasquez como Justa de las Naciones.